Ya sea que se trate del famoso petirrojo europeo, Erithacus rubecula; de Dick Grayson enfudado en sus mayones de combate y chillando "¡Santa emboscada, Batman!" entre el pum y el zas; o de la última evolución pokémon de la especie Christopher, mejor conocida como amigo humano del oso Pooh, el petirrojo (en inglés Robin) es un individuo sociable, atrevido y curioso que acostumbra salir de su escondite (léase maleza, capa de superhéroe mentor o habitación infantil según el caso) y plantarse a mitad del camino para defender su territorio.
Sin más preámbulos, señores y señoras, Robin, el petirrojo:
Esta pintura está disponible como impresión en varios formatos desde mi galería en BlueCanvas.
jueves, 25 de abril de 2013
jueves, 18 de abril de 2013
100 meses / Kero, el Engañador de la Muerte (Kero, the Death Cheater)
En una antigua tierra de prosperidad y magia nació un niño moreno y hermoso que tenía tres dones: un corazón de oro, una sonrisa de imán y una voluntad de acero. Aunque su nombre esta escrito en el cielo, fue enviado a esta tierra para dar alegría y amor, dos cosas que siempre regalaba a donde iba. Su vida no fue sencilla y muchas veces se halló en problemas y preocupado, pero fue lo suficientemente sabio para recordar que el amor siempre encuentra su camino.
Tres veces fue retado por Muerte y tres veces salió victorioso de sus pruebas, no sólo triunfante sino cada vez más fuerte, más sabio y más humilde. De ahí nació la leyenda de su sobrenombre: el engañador de la muerte. Se rumora que aún camina entre nosotros, compartiendo luz y esperanza con el mundo. ¿Se trata en realidad de un angel o de la encarnación de un dios? Nadie lo sabe con certeza, pero alguna personas dicen que cuando hacen falta el amor y la alegría él no puede estar lejos, ya sea en su sonriente y morena figura original con huesos grandes y barriga prominente o disfrazado en la forma de alguien que tal vez conozcas pero que has pasado por alto.
Si tienes la fortuna de conocer a alguien especial que te ayude en tus horas más difíciles y que sonría cuando todo lo demás parece oscuro e indescifrable, podría tratarse de él, así que no pierdas la oportunidad de ser parte de algo grande y brillante.
Esta pintura está dedicada a mi Don Kero, quien también ha engañado a la muerte en tres ocasiones distintas. Gracias a ti por atestiguar conmigo que a 100 meses el verdadero amor sigue siendo tan fuerte como al comienzo.
Tres veces fue retado por Muerte y tres veces salió victorioso de sus pruebas, no sólo triunfante sino cada vez más fuerte, más sabio y más humilde. De ahí nació la leyenda de su sobrenombre: el engañador de la muerte. Se rumora que aún camina entre nosotros, compartiendo luz y esperanza con el mundo. ¿Se trata en realidad de un angel o de la encarnación de un dios? Nadie lo sabe con certeza, pero alguna personas dicen que cuando hacen falta el amor y la alegría él no puede estar lejos, ya sea en su sonriente y morena figura original con huesos grandes y barriga prominente o disfrazado en la forma de alguien que tal vez conozcas pero que has pasado por alto.
Si tienes la fortuna de conocer a alguien especial que te ayude en tus horas más difíciles y que sonría cuando todo lo demás parece oscuro e indescifrable, podría tratarse de él, así que no pierdas la oportunidad de ser parte de algo grande y brillante.
Esta pintura está dedicada a mi Don Kero, quien también ha engañado a la muerte en tres ocasiones distintas. Gracias a ti por atestiguar conmigo que a 100 meses el verdadero amor sigue siendo tan fuerte como al comienzo.
martes, 16 de abril de 2013
Base ov Metal: Nueva entrada rápida en Tegaki E
¿Cuántos años han pasado desde la última vez que tocaste en una banda de metal extremo? Para mí van como unos 6 años, si no es que más. Se extraña, se extraña muchísimo.
No es que tocar otros géneros no resulte placentero, pero hay algo en el metal que se parece muchísimo al orgasmo de las tres caídas sin límite de tiempo, sin relgas, todos contra todos y todo eso. ¿Lucha libre? ¡Ja, claro que no! Sabes a qué me refiero. Sí, dejaste los 18 años con todas sus telerañas atrás y lo sabes.
En eso estaba pensando ayer cuando entré a ejercitar un poco la muñeca en Tegaki E: Metal extremo.
...La greña larga que sobrepasa los límites de tu tatuaje de toda la espalda (o bien la cabeza de pelón de hospicio, para que vean que el frío y los piojos te hacen los mandados), el tapiz parcial o total de tatuajes, las bototas negras matarratoncitos (que en realidad muchos metaleros ocuparían más bien para correr del ratoncito o simplemente para empujarlo a un lado), los pantalones con bolsillos externos (camuflados como de soldadito o negros si prefieres verte como vigilante de Wal*Mart), las playeras negras con logotipos indescifrables (mientras más vieja o desconocida la banda, más "true" parece el que la porta) Pero sobre todo la increíble sensación de poder que te otorga tocar el metal más brutal en un escenario frente a decenas de metaleros -cientos si tienes la suerte de tocar en un festival grande o si eres lo suficientemente famoso para que vayan todos ellos a verte a ti- ya sea que cual posesos por Satán hagan el mosh (slam), que levanten la mano con la señal del diablo al ritmo de tus acordes (cuernitos que han sido muy devaluados por los rockerillos de fin de semana y los poperos que confunden géneros), que berreen desgañitándose sin saber siquiera la letra de tus canciones, que hagan ventilación gratuita con la mata de cabello, que se trepen al escenario para aventarse como clavadistas de La Quebrada (Acapulco, Mex.) o que simplemente crucen los brazos y levanten la barbilla mientras tocas para finalmente aplaudir dos o tres veces cuando acabas (para esa última sub-raza de metalero, tres palmaditas significan que eres sorprendemente bueno)...
El resultado: Base ov Metal, un ejercicio rápido en escala de grises con las herramientas básicas de Tegaki E, representando mi instrumento favorito: el bajo eléctrico (y echando mano del parecido fonético entre Bass-Bajo y Base-Base). Hasta la próxima.
No es que tocar otros géneros no resulte placentero, pero hay algo en el metal que se parece muchísimo al orgasmo de las tres caídas sin límite de tiempo, sin relgas, todos contra todos y todo eso. ¿Lucha libre? ¡Ja, claro que no! Sabes a qué me refiero. Sí, dejaste los 18 años con todas sus telerañas atrás y lo sabes.
En eso estaba pensando ayer cuando entré a ejercitar un poco la muñeca en Tegaki E: Metal extremo.
...La greña larga que sobrepasa los límites de tu tatuaje de toda la espalda (o bien la cabeza de pelón de hospicio, para que vean que el frío y los piojos te hacen los mandados), el tapiz parcial o total de tatuajes, las bototas negras matarratoncitos (que en realidad muchos metaleros ocuparían más bien para correr del ratoncito o simplemente para empujarlo a un lado), los pantalones con bolsillos externos (camuflados como de soldadito o negros si prefieres verte como vigilante de Wal*Mart), las playeras negras con logotipos indescifrables (mientras más vieja o desconocida la banda, más "true" parece el que la porta) Pero sobre todo la increíble sensación de poder que te otorga tocar el metal más brutal en un escenario frente a decenas de metaleros -cientos si tienes la suerte de tocar en un festival grande o si eres lo suficientemente famoso para que vayan todos ellos a verte a ti- ya sea que cual posesos por Satán hagan el mosh (slam), que levanten la mano con la señal del diablo al ritmo de tus acordes (cuernitos que han sido muy devaluados por los rockerillos de fin de semana y los poperos que confunden géneros), que berreen desgañitándose sin saber siquiera la letra de tus canciones, que hagan ventilación gratuita con la mata de cabello, que se trepen al escenario para aventarse como clavadistas de La Quebrada (Acapulco, Mex.) o que simplemente crucen los brazos y levanten la barbilla mientras tocas para finalmente aplaudir dos o tres veces cuando acabas (para esa última sub-raza de metalero, tres palmaditas significan que eres sorprendemente bueno)...
El resultado: Base ov Metal, un ejercicio rápido en escala de grises con las herramientas básicas de Tegaki E, representando mi instrumento favorito: el bajo eléctrico (y echando mano del parecido fonético entre Bass-Bajo y Base-Base). Hasta la próxima.
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